Se celebró en China una reunión de emergencia, para proteger activos depositados en el extranjero. Informó el Financial Times, que en la reunión se discutieron futuros planes, en caso de que Estados Unidos imponga sanciones similares, a las que impuso a Rusia en febrero.
Según las fuentes del periódico, participaron en la reunión funcionarios del Banco Popular de China, el Ministerio de Finanzas, representantes de todos los principales bancos nacionales, al igual que los principales prestamistas extranjeros que operan en la nación asiática, como HSBC.
Actualmente, China tiene más de 1,5 billones de dólares en Estados Unidos, incluido más de 1 billón de dólares en bonos del Tesoro estadounidense en Nueva York. El gobierno chino y las empresas estatales también poseen cientos de miles de millones en activos dentro de los Estados Unidos, incluidas empresas, bienes raíces, acciones, marcas y servicios.
Tras el bloqueo de más de 300.000 millones de dólares depositados en el extranjero, del Banco Central ruso, surge la discusión sobre posibles amenazas por parte de la red financiera occidental, de apoderarse de las reservas de valor de otros Estados.
No es la primera vez que EE. UU., congela o sustrae riqueza extranjera dentro de sus jurisdicciones.
El año pasado, EE. UU. confiscó unos 7.000 millones de dólares en activos afganos atrapados dentro de Estados Unidos, tras la caída de Kabul. En febrero, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva dividiendo la riqueza en un fondo de ayuda y un fondo de compensación para las víctimas del 11 de septiembre. Los grupos de derechos talibanes y afganos criticaron la medida, y dijeron que Kabul necesitaba desesperadamente los fondos congelados, para reconstruir el país después de dos décadas de guerra y la ocupación de Estados Unidos y la OTAN.
También en 2018 un juez de Nueva York, ordenó el pago de unos 6.000 millones de dólares en activos iraníes, a los familiares de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre, a pesar de que Irán no tuvo nada que ver con el acto terrorista, y a pesar de que su ejército ha estado luchando contra la red al-Qaeda, desde la década de 1990.
Expertos en economía, han advertido sobre los efectos perjudiciales de estos ataques, ya que podrían desestabilizar el sistema económico ordenado por Occidente. Estas acciones generan dudas, sobre la lógica del sistema financiero occidental. Henrik Muller, (colaborador de Spiegel) advirtió del peligro de socavar la sensación de seguridad, que tradicionalmente han infundido los bancos occidentales. Muller advirtió también sobre el daño que puede causar al dólar, el temor a que el gobierno de EE. UU., pueda en cualquier momento congelar activos en su moneda.