Según la agencia federal de recaudación en EEUU (Internal Revenue Service, IRS), en el sistema impositivo de EEUU la evasión fiscal se triplica entre los grandes contribuyentes, a partir de lagunas de regulación y el uso de las cibermonedas. Los analistas aseveran que el sistema está siendo castigado por el estancamiento de los salarios y la liberalización financiera, favoreciendo a los muy ricos.
El sistema impositivo de EEUU es de naturaleza progresiva, y se sostiene con un cumplimiento voluntario de entre el 81 y el 84%, con cargas bajas al consumo y altas para los ingresos.
Analistas resaltaron que si bien se trata de un sistema impositivo que es moderadamente progresivo, los efectos de la desindustrialización y desregulación lo hacen coexistir con impulsos que van en otra dirección.
En este contexto, la gestión de Biden presentó un proyecto de presupuesto, con aumentos impositivos para las corporaciones y los hogares de mayores ingresos, para el año fiscal 2023. El tributo estará dirigido a los hogares con ingresos superiores a los US$ 100 millones, y una suba del 21% al 28% en la tasa de las sociedades.
Biden mencionó que el paquete de medidas, buscará que las multinacionales con actividad en EEUU no puedan utilizar paraísos fiscales para reducir su carga tributaria dentro del país.
El freno a la evasión sistemática es un tema de debate en el mundo, que atraviesa también a los países de América latina. Concretamente, en Argentina el Frente de Todos presentara en el Senado un proyecto de ley, que dirige un aporte de emergencia a los contribuyentes argentinos con bienes no declarados en el exterior, para cancelar la deuda con el FMI.
Expertos afirman que la intención de Biden es delimitar las zonas grises sin regulación, inclusive también al ámbito de las cibermonedas, para evitar la no declaración de ingresos tanto por individuos como por corporaciones.
Las distintas modalidades de la evasión se aplican en la actualidad en distintos campos como pueden ser la obsolescencia de equipos de cómputo y código tributario, como otras lagunas estructurales que facilitan la fuga y el ocultamiento de activos.
Estos objetivos de regulación, parten de un sistema impositivo alimentado por una sociedad proclive al pago de impuestos, que no considera aceptable hacer trampa para evadir impuestos, lo que en EEUU llaman fraude fiscal.
Sin embargo, esta tradición favorable al pago de los tributos debe lidiar con los desarrollos tecnológicos que hacen posibles nuevas formas de elusión; es por esa razón que las leyes impositivas siempre parecen correr de atrás a los evasores.
Según estadísticas del Departamento del Tesoro, la estructura impositiva de EEUU está constituida en un 51% por impuestos sobre la renta de las personas físicas, en un 31% por los impuestos al Seguro Social y Medicare, 9% proviene de ingresos sobre las ganancias corporativas y el restante 9% en otros segmentos impositivos.
De acuerdo a información publicada por la IRS, en EEUU la naturaleza progresiva de los impuestos federales se retroalimenta con las tasas diferenciales que se aplican según el nivel de ingresos: en 2021, las tasas impositivas fueron del 10 %, 12 %, 22 %, 24 %, 32 %, 35 % y 37 %.
El porcentaje inferior, del 10%, se aplica a los ingresos inferiores a US$ 9.950 dólares al año para individuos solteros y US$ 19.900 anuales para parejas casadas con declaraciones de impuestos conjuntas, mientras que la tasa más alta -del 37%- se aplica a quienes tengan ingresos superiores a US$ 523.600 al año para contribuyentes solteros y US$ 628.300 para contribuyentes casados que paguen los impuestos conjuntamente.
Expertos en recaudación impositiva afirman que la progresividad impositiva, trae como correlato la resistencia de las elites a pagar más.
Un informe de marzo de 2021 de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EEUU comprobó que los ingresos no declarados con el objeto de eludir cargas del fisco equivalen al 7% de los ingresos reales entre los contribuyentes con ingresos medios y bajos (50% inferior de la base impositiva).
En cambio, entre los grandes contribuyentes (el 1% de la base impositiva) el porcentaje de los ingresos que no se declaran llega a más del 20% de los ingresos reales, para lo cual suele apelarse a un proceso de evasión sofisticada no fácilmente detectable, detalló el informe.
Charles Retting, jefe de la IRS, advirtió ante el Comité de Finanzas del Senado que la agencia de recaudación carece de los recursos para detectar fraudes fiscales y mencionó como uno de los principales problemas el bache regulatorio en la circulación de criptomonedas.