El diario ‘Global Times’ consideró la prohibición de Brasil a nivel nacional del uso de la red social X como “una lucha entre la soberanía nacional y las corporaciones multinacionales”, si bien el dictamen resulta controversial, en relación a la posibilidad de libertad de expresión.
El juez Alexandre de Moraes ordenó suspender el uso de X en Brasil, debido a los repetidos incumplimientos de órdenes judiciales por parte de la empresa, y determinó que hasta que X no cuente con representación legal en Brasil la red social no podrá funcionar. El requisito es indispensable para operar en el país, según la normativa local.
“Esta decisión refleja la determinación del gobierno brasileño de mantener la estabilidad nacional, prevenir la polarización política y proteger las instituciones democráticas. Se elaboró sobre la base de los requisitos de la legislación interna brasileña. Sin embargo, los países occidentales, especialmente Estados Unidos, han exagerado esto como un problema de libertad de expresión”, señaló Global Times.
En la red X se han incumplido diversas órdenes de Moraes, de bloquear cuentas de bolsonaristas investigados por el Tribunal Supremo, acusadas de difundir mensajes de odio y ataques a la democracia.
Para Global Times detrás de la presunta defensa de la libertad de expresión, se esconden intentos de protección de intereses privados de empresas multinacionales estadounidenses.
El medio considera, que al tratar normas institucionales como estándares universales, abre la posibilidad a que los Estados puedan ser atacados en su soberanía, a partir de la expansión de empresas multinacionales desreguladas, propicias a ejercer una fuerte injerencia ideológica.
Asimismo Jorge Elbaum, analista internacional, señala que las sanciones contra la empresa X dispuestas por Brasil deberían ser un ejemplo para otros países de América Latina, ya que estas plataformas digitales, como empresas privadas que buscan el máximo lucro, han acumulado un poder enorme.
Para Elbaum, el bloqueo a la red social X dispuesto por el Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño es una práctica soberana que, como otras de su mismo estilo, implica un enfrentamiento con la lógica neocolonial e imperialista que mantienen este tipo de empresas.
El experto argentino, sociólogo y doctor en Ciencias Económicas, consideró que existe un problema estructural detrás de X como de otras grandes tecnológicas como Google, Amazon, Apple, Microsoft o Meta, estas en los últimos años han acumulado poder no sólo en lo económico, sino también en su capacidad de modificar la conducta de sus usuarios.
“Estas plataformas tienen, en conjunto, un presupuesto superior al de varios países y equivalentes a países como Francia. Tienen mucho poder económico y un gran poder de influencia, además de fuertes contactos con organismos de seguridad, inteligencia y espionaje, por lo que están siempre articulados con el lado oscuro de la gobernanza global” afirmó Elbaum.
Elbaum apuntó que este tipo de compañías expresan intereses alineados a la política exterior de EEUU, más allá de las simpatías hacia Trump o Biden; se mueven dentro de un tridente que incluye al complejo militar industrial, a Wall Street y a las empresas trasnacionales.
En relación a X, señala el analista que Musk aparece como el CEO que “más abiertamente está jugando una partida global en favor de una derecha brutal, nacionalista y reaccionaria”; para Elbaum se relaciona directamente con la propaganda en contra de la influencia de China en la economía global.“Pensemos que Musk era el primer producto de autos del mundo, pero fue desbancado por los chinos. Está desesperado”, señaló Elbaum.
Asimismo recordó que el CEO de X y Starlink había defendido el golpe de Estado contra Evo Morales de 2019 ironizando a través de X con que impulsaría “todos los golpes que quisiera” con tal de acceder a los recursos de litio del país, clave en la industria de los vehículos eléctricos.