Los mandatarios de Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil se reunirán en el marco de la 63.ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, para evaluar los avances en el acuerdo comercial con el bloque europeo. Emanuel Porcelli experto en relaciones internacionales señala que “resulta difícil construir una narrativa del éxito de la cumbre”.
Las partes reconocen “avances significativos”, tras más de dos décadas de negociaciones, tal como lo afirmaron el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, con motivo de la cumbre Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP28) en Dubái.
Porcelli señala que la gran paradoja que presenta el Mercosur como bloque supranacional es que “carece de un proyecto regional”, establecer un acuerdo con la UE, después de casi 20 años de negociaciones, “parecía que reordenaba algunos elementos en pos de establecer un horizonte, un norte”, agregó.
La cumbre imprime asimismo el ingreso de Bolivia al bloque regional; que es un Estado asociado desde 1997. Su adhesión como miembro pleno fue aprobada en 2015, restando la aprobación de los parlamentos de los países integrantes para ratificarla.
Advirtió el experto en relaciones internacionales Emanuel Porcelli que “La participación de Bolivia puede jugar un rol, pero también teniendo en cuenta que el país no tiene grandes sectores industriales a proteger, entonces la discusión, por más que sea de cuatro, por más que sea de cinco, sigue siendo de dos”, en relación a la asimetría de poder al interior del bloque que continuarán representando tanto Brasil como Argentina.
La cumbre del Mercosur se produce a tres días del cambio de mando en Argentina, con la asunción de Javier Milei como nuevo presidente.
Previo a su arribo a la Casa Rosada, Javier Milei afirmaba la necesidad de “eliminar el Mercosur porque es una unión aduanera defectuosa que perjudica a los argentinos de bien”.
Porcelli advirtió que a pesar de “las declaraciones grandilocuentes de Milei” sobre una posible salida de Argentina del bloque, es necesario contextualizar los dichos del presidente electo en el marco de una campaña electoral.
De acuerdo con el experto, “no hay que tomar esa literalidad. Lo que posiblemente pase es que la crítica hacia el proteccionismo de Mercosur obligue o invite a que el Gobierno argentino pretenda reabrir la discusión sobre el arancel externo común”, reflexionó.
Marco geoestratégico
Asimismo senadores estadounidenses celebraron el 200 aniversario de la doctrina Monroe y prometen reactivar esta política de intervención en América Latina.
Sin embargo en América Latina se rememoró con pesar los 200 años de la doctrina, resumida en la frase “América para los americanos”. Esta doctrina fue la estrategia de política exterior promovida por EEUU bajo la presidencia de James Monroe (1817-1825), que consideraba a todo el continente protegido y bajo el control de Washington, en rechazo a las pretensiones europeas.
Para muchos analistas esta doctrina debería estar relegada a los libros de historia, sin embargo domina el debate político dentro y fuera de Estados Unidos. El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, abrió su precampaña a la Presidencia anunciando que Washington necesita “una versión del siglo XXI de la doctrina Monroe”. Su compañero de fórmula y también candidato a la Casa Blanca, Vivek Ramaswamy, afirmó que, al ser elegido, “la estrella polar de mi política exterior será una doctrina Monroe moderna”.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense decidió celebrar la fecha reafirmando su compromiso con la doctrina Monroe.
Varios expertos señalan que en el actual contexto de transición geopolítica, está puesto en duda la capacidad de EEUU para imponer la doctrina Monroe en América Latina. Académicos de instituciones de Brasil y Rusia se reunieron el 5 de diciembre en Moscú para discutir cómo Washington pretende aplicar la doctrina Monroe 2.0 en América Latina y qué instrumentos tiene la región para mantener su soberanía económica y política.
“Las grandes potencias suelen tratar de establecer esferas de influencia para garantizar su seguridad, aunque utilicen nombres bonitos para caracterizarlas. En el caso de EEUU, algunos de estos nombres son hemisferio occidental y doctrina Monroe”, afirmó el coordinador del curso de posgrado en Economía Política Internacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) Ricardo Zortea.
El profesor de la UFRS recordó las recientes intervenciones de Estados Unidos en los asuntos internos de países como Bolivia y Venezuela, que demuestran la voluntad de Washington de mantener la región bajo su yugo. Para él, la mejor apuesta de Brasil para garantizar su independencia es invertir en la integración regional sudamericana.
“No tiene sentido aventurarse en una carrera armamentística para superar este desafío. La mejor forma de hacer frente a los impulsos hegemónicos de EEUU es a través del regionalismo”, afirmó Mielniczuk. “Brasil está invirtiendo en la construcción de una identidad regional sudamericana para garantizar la lucha contra la pobreza y la miseria, que son los verdaderos problemas de la región”.
El profesor Zortea está de acuerdo en que Brasil tiene las herramientas para defenderse de los intentos de Washington de imponer su hegemonía en Sudamérica.
“Brasil tiene todos los recursos a su alcance. Tiene capacidad institucional, una burocracia profesional, una gran economía y una excelente capacidad tecnológica. Lo que Brasil necesita es consenso político y superar la ideología liberal económica que le impide gastar en política exterior. La presencia soberana de Brasil en el mundo es cara y requiere mucha inversión”, concluyó.
La importancia de los BRICS
En el marco de las nuevas coyunturas geopolíticas que se están desarrollando, cabe recordar las declaraciones de Serguéi Lavrov, en la 78ª sesión de la Asamblea General de la ONU: “Todos los esfuerzos para reformar la ONU deben dirigirse a establecer la supremacía del derecho internacional y a revitalizar la organización como órgano central de coordinación de la política mundial. Donde se acuerde cómo resolver los problemas conjuntamente sobre la base de un justo equilibrio de intereses”.
Para el canciller Ruso, el mundo está experimentando cambios cardinales, la mayoría aboga por el orden multipolar, mientras que Occidente, encabezado por EEUU, pretende frenar el curso natural de las cosas con métodos neocoloniales.
Según el canciller ruso, a partir de esta coyuntura debe aprovecharse plenamente el potencial de las asociaciones de nuevo tipo que reflejan los intereses del Sur global. Se trata, sobre todo, de los BRICS, que ha aumentado considerablemente su autoridad tras los resultados de la cumbre de Johannesburgo y ha adquirido una verdadera influencia mundial.
“Hay un renacimiento de organizaciones como la Unión Africana, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Liga Árabe, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y otras. En Eurasia, la armonización de los procesos de integración en el seno de la OCS, la ASEAN, la OTSC, la Unión Económica Euroasiática, la Comunidad de Estados Independientes y el proyecto chino ‘Un cinturón, una ruta’ está cobrando impulso”, añadió.
Asimismo existe una formación natural de la Gran Asociación Euroasiática, “abierta a la participación de todas las asociaciones y países de nuestro continente común sin excepción”.
En este contexto, aseguró Lavrov, ha llegado el momento de considerar métodos más justos para formar la Secretaría de la ONU. “Los criterios vigentes desde hace muchos años no reflejan el peso real de los Estados en los asuntos mundiales y garantizan artificialmente el dominio prohibitivo de los ciudadanos de los países de la OTAN y la UE”, subrayó.
“Estas desproporciones se ven agravadas por el sistema de contratos permanentes que vinculan a sus titulares a la posición de los países anfitriones de las sedes de las organizaciones internacionales, casi todas ellas situadas en capitales que siguen políticas occidentales”, concluyó.